viernes, 12 de diciembre de 2014

Este es mi cuerpo de Humanismo Secular

Siento la necesidad de compartir este vídeo protagonizado por mujeres y que me parece muy gráfico y comparto plenamente. "Este es mi cuerpo" y sólo yo decido sobre lo que hago, sobre lo que siento, sólo yo decido con quién me acuesto, cuándo quiero ser madre, cómo y si quiero parir, sólo yo decido sobre mi y cuando quiero entrar en compromiso.

Basta de que otros, legisladores, instituciones religiosas, padres, esposos decidan qué me conviene.
Alguien podrá decir que hay demasiada rabia, mucha ira, en alguna de sus protagonistas. Es cierto, como también lo es que hay motivos para sentir así. Son muchos siglos de sojuzgar a las mujeres, y aún persiste, por desgracia, la necesidad de tenernos bajo yugo en gran parte del mundo.
Es cierto que también los hombres padecen por muchas cosas. También lo es que muchas mujeres son cómplices de que las mentalidades no evolucionen. Ambas cosas no restan importancia a que las mujeres y los hombres de conciencia digamos - ¡Basta ya! -,  y hagámos patente porqué hay esta rabia, y que queremos construir un mundo de iguales, donde nuestros cuerpos sean nuestros, tanto de mujeres como de hombres, y sean tratados con respeto y empatía.
Cada ser humano, dueño de su cuerpo y responsable de él para gozarlo y cuidarlo como mejor le parezca.


Link al vídeo:

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Vivir sin miedo de Eduardo Galeano



 Navegando por estos mundos de nuevo, a veces recupero la esperanza y me emociono y me enamoro. He descubierto hoy este vídeo que podéis ver clicando más abajo, dentro de una hermosa entrada del blog www.muliersapiens.com,   muliersapiens.com , que habla de nosotras las mujeres, y de esos hombres que saben amarnos y respetarnos, porque haberlos, háylos, yo lo sé. Y es necesario que sean visibilizados porque ello da la medida de lo que deben ser las relaciones entre iguales, que se aman, que se cuidan, que se respetan, que se facilitan la vida.

Eduardo Galeano
Vivir sin miedo, breve y maravilloso discurso de Galeano


Oír hablar a este hombre me desmonta. Yo quiero escribir como él. Me gusta su sencillez, la ternura que despiertan sus palabras cuando habla con esa calma suya,  esa mirada inteligente, su sensibilidad para ver lo esencial en lo cotidiano. Me gusta cómo se detiene en explicar el sufrimiento de las gentes más sencillas, cómo da voz a los sin voz. Y me doy cuenta que mejor no tirar la toalla, porque aún hay personas que van más allá de su propio ego, y se funden con el universo y lo hacen suyo cuando lo miran, y cuando nos lo cuentan.
Gracias Eduardo Galeano por ser una prueba de que no todo está perdido y que hay personas que valen la pena.