martes, 19 de agosto de 2014

El ciclo menstrual y el ciclo lunar: trabajo de campo.





Hace poco tiempo que enfoco mis ciclos desde una perspectiva que me hace vivir con mayor alegría y comprensión esos cambios de humor, esos altos y bajos energéticos, que mes a mes se repiten a lo largo de la vida de todas las mujeres. Veréis cómo y porqué.

El ciclo menstrual dura aproximadamente lo que un ciclo lunar y es muy curioso hacer un trabajo de campo, recogiendo datos, a lo largo de todo un año, a nivel mental, emocional y espiritual, así como físicos (temperatura, dolores, relaciones sexuales, estado del cuello del útero, aspecto del flujo, etc...).

El hecho de reservar un ratito cada día a la observación del propio cuerpo, de las sensaciones y estado emocional, de las distintas variables que enumero más arriba, es algo que es valioso en sí mismo y nos permite estar en el presente y sentir la vida. Y además le confiere una validez experiencial, acorde con los métodos científicos, más allá de posibles interpretaciones esotéricas, que tan poco me gustan, tal vez por desconocimiento, no sé... Tomar datos a diario permite finalmente poder encontrar patrones que se repiten y entender que siendo la misma persona, mi sentir varia y si hoy estoy con una energía que sería capaz de comerme el mundo, en otro momento estaré con una enorme necesidad de descanso o de cuidados, y con la lágrima fácil...y que esto es perfectamente normal. 



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Darme cuenta de esto, me permite dejar de ser tan exigente conmigo misma. Me permite ir viendo cuándo voy a estar más fuerte y cuándo más vulnerable y decidir en consecuencia cómo me tomo las cosas y el día a día. Tal vez sea capaz de entender que no siempre puedo estar al 200%, como me exige la sociedad y como me exijo yo.



En la educación que recibimos en materia sexual, ¡se nos obvia tanto saber!, y la cosa es que se supone que hablar de estas cosas no es necesario, ya que cada mujer se conoce y no hace falta que nadie le enseñe. Y no trato de buscar culpables, sino que mi para qué es remediar esta ignorancia en la que vivimos, pensando además que ya lo sabemos todo. 

Sabemos que la cultura patriarcal, y la religión, conllevan montones de tabúes acerca del sexo, del placer, no sólo de la mujer sino también del hombre. Cuando las personas pueden gozar, pueden fluir con la vida, más allá de la culpa, más allá del pecado, toman fuerza. La sexualidad sana es un mecanismo para el empoderamiento y la libertad. Y eso siempre asusta al poder. Y oscureciendo estos recursos consigue un mejor control social. Es una manera más de tenernos bajo el yugo.

Por eso es tan importante que mujeres y hombres conozcamos nuestras potencialidades y las permitamos con respeto, sabiduría y amor por la vida, más allá de los estereotipos aprendidos, porque vivir y amar ha de ir más allá de los límites, sin miedo.

Conocer nuestro cuerpo y su lenguaje, nos permite una mayor calidad de vida y una mejor comunicación con el otro.

Observar los paralelismos del ciclo lunar y el ciclo menstrual es algo que estoy haciendo y me parece interesante. Si descubro algo nuevo, ya os lo contaré.

He encontrado este vídeo que os enlazo aquí porque, aunque a mi me resulta difícil entrar en la creencia de que la tierra y  el agua tienen vida, y otras cosas que afirman las culturas indígenas americanas, el discurso tiene un sentido importante que tiene que ver con el respeto a la naturaleza, y el cuidado de la vida y de la tierra que nos sostiene, que expresa la necesidad de recuperar la calma y entender que debemos recuperar los tiempos para la vida en armonía. Y que los humanos necesitamos un tempo humano y valorar lo que somos. Así hablar a nuestras hijas e hijos de la menstruación como algo poderoso que mantiene la vida, forma parte de algo olvidado e importante, que no debe ser escondido como algo sucio.


                                                  Entrevista a Andrea Herrera Atekokolli






Imágen de yovivoenchina.wordpress.com

























2 comentarios:

Esther dijo...

¡Hola Sonia!
Yo no he tenido la "paciencia" de buscar la relación entre mi ciclo menstrual y el lunar. Aunque si que me he evaluado a mí misma a largo del ciclo menstrual. Ya sé que tengo unos días concretos de piernas cansadas, otros de pechos grandes... Como yo soy de ciclos (muy) irregulares conocer estos cambios en mi cuerpo me ayudan a predecir cuando me vendrá la regla y que no me coja desprevenida.
A nivel ánimico o emocional no noto cambios, aunque quizás si haga lo de anotar durante unos meses acabe notando algún patrón.
Un abrazo,
Esther

Sonia Giménez Guzmán. dijo...

¡Hola Ester! Lo primero disculparme por no haber respondido antes a tu comentario. Acabo de reincorporarme a la rutina y he andado algo desconectada. Agradecerte tu aportación y el estar ahí. Me encanta que compartas tu experiencia conmigo y otras lectoras.
En mi experiencia, aún cortita, de trabajo de investigación, he de reconocer que me encanta evidenciar cosas que antes intuía y que ahora con la observación y las notas diarias se hacen evidentes. Sea como sea, es una experiencia enriquecedora. Dedicar un tiempo a la autoobservación me lleva a quererme más, a comprender qué y cómo soy. Bueno, seguiremos investigando y compartiendo.
¡¡¡Un abrazo y mil sonrisas!!!