jueves, 10 de noviembre de 2016

Meluna: un descubrimiento de copa menstrual.

Hace poco recibí un correo de los distribuidores de la copa Meluna (clica aquí para ver su página) en España. ¡Les había gustado este blog y las entradas que defienden las bondades de la Copa menstrual!
La idea es que probara una de sus copas y pudiera desde aquí dar mi opinión. Y también de sus salvaslips de algodón para esos días en que una necesita sentirse más protegida.

El caso es que para esta última menstruación tuve que ir de viaje unos días y me llevé mi Mooncup de siempre y la Meluna que me enviaron. La primera noche no me atreví a innovar. La Meluna que me han enviado es un poco más pequeña que mi copa y tuve miedo de no despertarme antes de que se llenara. Al día siguiente decidí no esperar más. Estaba impaciente por probar la nueva adquisición. He de decir que me encantó. Al ser un poco más pequeña, fue para mi muy sencillo colocármela, y me vino muy bien llevarla en el bolso y poder cambiarla en un lavabo de unos grandes almacenes donde el lavabo estaba fuera. Así que vacié la que llevaba puesta, la coloqué en un pañuelo de papel mientras me colocaba la Meluna limpita que llevaba en la bolsita con la que suelen venir las copas para poder transportarlas en nuestro bolso. Una vez fuera, ya protegida con la nueva adquisición de Meluna, pude lavar la que llevaba con tranquilidad. 

Es importante añadir que Meluna tiene copas de distintos colores y tamaños. Yo sólo he probado la Classic mediana. Me fue supersencilla su colocación. Creo que si tuviese que elegir una optaría por la talla L porque he sido mamá y soy de complexión entre media y fuerte y para el día de regla más abundante tuve que cambiémela un poco antes de lo que hubiese hecho con un tamaño L. Un poco debes elegir en función de tu complexión, de si has sido ya mamá o no, y si tus reglas son poco o muy abundantes...En esto de las copas es ir cogiendo soltura y experiencia, y no tener nada de miedo, que no comen. La copa sólo te protege y te ayuda.

En cuanto a los colores, Meluna tiene una gama variada de ellos. En principio les pedí una incolora, porque mi defensa de las cosas lo más naturales posibles me llevaba a esta elección. Finalmente  opté por una de color lila. La distribuidora me explicó que utilizan colorantes que se usan en alimentación, en cantidades muy pequeñas y me apeteció probar con una. Estéticamente me gusta más que la incolora, parece que se va a mantener mejor con el uso, sin embargo seguiré aconsejando mejor el uso de las copas incoloras. Meluna también tiene esta opción.

En cuanto a textura  Meluna me parece muy agradable y flexible, y por ello de fácil manejo. Es un pelín ovalada, lo cual tal vez ayuda a doblarla más fácilmente para su colocación.

Seguiré usando esta copa Meluna  porque me parece muy ergonómica, y un buen complemento a la Mooncup que ya tengo. Tener dos copas es una buena opción. Que cada mujer elija el modelo que más se adecue a sus gustos, necesidades y creencias, una vez que haya leído y pensado qué es lo que le conviene  Y como son de uso prolongado y su precio es asequible no es problema probar más de una.

El folleto informativo con el que viene la copa Meluna está muy bien explicado para que entiendas perfectamente su manejo si eres novata. 

Desde aquí te invito que pruebes la Copa Menstrual. Es un antes y un después en tu relación contigo y con tu flujo, y es la mejor opción para esos días de menstruación en que tan sensibles solemos estar. 
La Copa a mí me facilita la vida.  Y si quieres estar más tranquila, puedes complementar esos días con las compresas ecológicas a modo de salvaslips de algodón que también comercializan y que van de maravilla, incluso para el resto de días. Normalmente las braguitas son muy finitas y los tejidos de moda son fibras menos adecuada a nuestra piel que el algodón.





domingo, 8 de mayo de 2016

La bachillera de Roser Amills

Hace menos de una semana que empecé esta nueva novela de Roser Amills, la tercera que leo de esta escritora afincada en Barcelona y no la he acabado ya porque tengo otras mil cosas que atender, pero me queda poquito y no puedo dejar de escribir ya sobre su protagonista, Leonor. 
Portada y contraportada. Fuente: www.roseramills.com

Tenía ganas de leer este libro desde que lo compré en la librería Central, en la calle Mallorca de la capital catalana, donde Amills hizo la presentación del libro. Me gustó entrar en ese universo de palabras encuadernadas, nuevo para mi, donde cada libro tiene su lugar, a lo ancho de dos amplios pisos, el segundo de los cuales alberga una cafetería, con una acogedora terracita, donde poder tomar un refresco mientras hojeas algunos libros o esperas a que una autora con mucho gancho haga su aparición en la escena.

El caso es que no quise perderme la presentación y fue un placer volver a escuchar la disertación de Roser Amills acerca de detalles curiosos y de la motivación de escribir esta historia, que va de una mujer fuera de convenciones, y eso es lo que más me atrae de la historia, y con lo que más me identifico. Leonor hace con discreción lo que no debe hacerse, es dueña de su vida y de su cuerpo y escapa a su destino con un poco de buena fortuna y mucho coraje e inteligencia. Se sale de moldes y eso me encanta. Es una heroína anónima. 

El primer capítulo me lleva a sentir una rabia inmensa contra la injusticia y el abuso de poder, y ahí ya me engancho a la historia sin parar, seguir adelante, saber  que pasará después de semejantes sucesos. Y así página tras página, entre la hipocresía y la rigidez de costumbres de la época, la protagonista va coronando con éxito las metas que se había propuesto, que eran estudiar para ser profesora y no pertenecer a ningún marido. Insaciable lee obras impensables para una señorita de la época y conoce verdades que hace suyas. Sin tapujos y con sabiduría escoge con quien quiere compartir sesiones de alcoba y disfrutar como pocas sabían o se hubieran atrevido en su época. Y me encanta, cómo es amiga de sus amantes. 

Explica Amills, y coincido con ella, que existe un gran paralelismo entre aquellos personajes y lo que somos hoy en día, y es que las pasiones no varian, si acaso los modos y tampoco tanto. Seguimos enamorándonos, a veces de quien menos debiéramos; seguimos los dictados de la época con esperanzadoras excepciones, y me gusta darme cuenta de que, aún siendo pocas, hay personas que se atreven a ser genuinas y a Vivir en mayúsculas. Haberlas, háylas, como las meygas o como las hadas.

Y yo ando aprendiendo de ellas. (Continuará...)


Acabo de leer la última página de la novela y me quedo con un regusto algo amargo, como esta tarde nublada de domingo. La causa no es para nada la prosa de Amills, que me parece rica, y de la que me encanta esa gracia para contar cómo salirse de las normas que en cualquier época pretenden que las personas muramos en vida. La causa de mi tristeza está en volver a saber de la capacidad de cometer atrocidades de la especie humana. Y es curioso que en esto se mantiene una constante a lo largo de la historia. Tengo la sensación que nuestra incapacidad para amar nos lleva a las mayores salvajadas y que todo ello deriva de ese vacio inherente que sentimos como especie, esa soledad en la que transcurre cada una de nuestras vidas, sin remedio posible. Y si bien es cierto que las cosas que nos relata Amills pasaron hace mucho tiempo, los personajes malvados y poderosos psicópatas siguen merodeando por las esferas de poder actuales. Y a mi no me gusta sentirlos sobre nuestras cabezas. Hemos vivido unos años hermosos de luchas y de ir hacia adelante, en los que hemos podido tomar espacios para que nuestras vidas fueran un poco más libres y dignas, y mucho me temo que se ciernen años de retroceso sino nos organizamos para defender lo que por derecho de vida nos pertenece.

Es importante seguir escribiendo para traer a la memoria todo aquello que fue silenciado por miedo, ahora que todavía podemos hacerlo. Por eso me encantan las novelas que escribe Almudena Grandes, recordándonos la realidad de nuestra no tan lejana y cruenta Guerra Civil. Por eso leo también a Julia Navarro, que me ha permitido conocer otras muchas historias lejanas e interesantes.
Con La bachillera podemos saber de aquella mujer valiente y de aquellas familias "xuetes" de  la Mallorca, en los años en que España eligió volver al ostracismo de un rey absolutista y retrógrado como fue Fernando VII.

Conviene conocer la historia, porque no son sólo los protagonistas más oscuros del poder los que quisieron enterrar en el olvido a tantas personas, es que la propia ignorancia de las gentes les permite tamañas infamias y abusos. Y es que sólo el conocimiento, la valentía, el coraje y la organización permite una ventana de esperanza. Cuando una sabe puede transgredir aquello que le oprime. Cuando el pueblo conoce, no es tan fácil doblegarle.

Y por todo esto es tan importante leer, pensar y organizarse para defender que podamos seguir trayendo al presente tantas vidas maltratadas. Rescatar del olvido a los seres silenciados siempre es importante y necesario para reescribir la historia y entender que no podemos dejar que se repita con tanta facilidad y para hacer posible que en un futuro nadie tenga la necesidad de hablar de nosotras como víctimas porque no dejaremos que nadie nos pise y vamos a saber defender nuestras vidas con alegría y desobedeciendo si hace falta las normas impuestas.



miércoles, 2 de marzo de 2016

Manifiesto para niñas y mujeres

Me ha gustado mucho este manifiesto para niñas y he pensado que estaría bien compartir-lo en este blog y tenerlo guardado para echarle un vistazo de vez en cuando. No es mio, lo copio de una entrada en facebook del perfil "La espiral de los ciclos femeninos".

Imagen extraída de www.hollysierra.com


MANIFIESTO PARA NIÑAS 
1. No eres una princesa y no lo serás nunca, salvo que tu mamá o tu papá sean reyes o conozcas un príncipe y te cases con él. Eres una nena común y corriente. Si vas a identificarte con algo, tanto da que sea con princesas como con amazonas, guerreras, artistas o jugadoras de fútbol.
2. Los príncipes azules no existen. Pertenecen a los cuentos de hadas que te cuentan para que asumas que tu rol en el mundo es el de aguardar al hombre ideal que te alivie de las cargas de ser una mujer responsable y autónoma, que te salve de las fatigas de la sociedad y te convierta en madre de niños que deberían completarte como ser humano.
3. Todos los juguetes del mundo son para vos. No es verdad que haya cosas de varones y cosas de nenas. Te van a regalar cocinitas, bebés de juguete y sets de belleza para que te habitúes a esas actividades cuando crezcas, incluso si estudias una carrera y te apasionas por una profesión. Si quieres tener más autitos que muñecas está todo bien. No dejes que nadie te diga lo contrario.
4. No hay límites para tus ganas de ser libre. Lo mejor que te puede pasar en la vida es elegir más allá de tu género, sin condiciones, y que tus elecciones varíen tanto como lo desees.
5. No aceptes que te digan “una nena no hace eso”. Los que te hablen así (incluso si son tus padres), quieren cortarte las alas y marcarte un camino que creen que deberías seguir. Defiende tus decisiones, crece sabiendo que los que sostienen divisiones según el sexo tienen cerebros chiquitos y mentes de villanos.
6. Trépate a todos los árboles que puedas. Eso no es ser varonera, es estar viva y saber jugar. Recuerda que para eso vas a necesitar ropa cómoda.
7. Incluso ahora, cuando la mujer recorrió gran parte de su largo camino hacia la liberación, vas a encontrar discriminación en los que te rodean. Recuerda que lo hacen porque tienen miedo y son ignorantes. Si puedes explícales que están equivocados. Si no, seguí en la tuyo: que tu vida sea la mejor prueba de que no saben lo que dicen porque no lo han pensado bien.
8. El mundo está lleno de colores bellísimos, el rosa es uno más. Que tu existencia sea un arcoiris, no un merengue o una novela de la tarde.
9. Búscate juegos que vayan más allá de cambiar pañales, dar mamaderas de mentira y usar ollas de plástico.
10. Los chicos tienen pene y tú vagina y vulva. No te falta nada, lo de la envidia del pene es un invento para que pienses que ellos son mejores.
11. Evita las publicidades. Evita las modas. Evita todo lo que te quieran imponer desde la televisión, hasta que puedas discernir qué te sirve de todo eso.
12. Que una persona tenga más cosas que tú, no significa que sea más feliz.
13. Nunca jamás dejes de preguntar por qué las cosas son como son. Nunca te conformes con la primera respuesta. Nunca te quedes con dudas si puedes sacártelas. El conocimiento es luminoso y te abre puertas.
14. Huye de la violencia. No porque sea patrimonio de los hombres, sino porque es la herramienta de los imbéciles.
15. Nadie va a quererte más porque seas muy flaca ni porque tengas tetas grandes. Al menos nadie que valga la pena conocer.
16. Mirar dibujitos está bien, pero también lee. Lee mucho. Lee hasta que te duelan los ojos. Lee cuentos, novelas, historias de piratas, extraterrestres y ballenas blancas. Incluso si al principio no entiendes lo que estás leyendo porque eres chiquita, algo de eso queda en tu cabeza y la abre.
17. No descartes leer Cenicienta, pero acuérdate que ella y todas las demás se cansaron de comer perdices, en la parte que viene después del “y vivieron felices para siempre”.
18. Lo mismo vale para la música, el mundo no se termina en Shakira y Selena Gómez. Si puedes, aprende a tocar algún instrumento, el que sea.
19. Casarte y ser mamá es uno de tus destinos posibles, no es obligatorio. Tu futuro no está escrito en piedra, es como la arcilla y puedes moldearlo.
20. Nunca eres muy chiquita para entender, lo que pasa es que a veces los grandes no sabemos cómo explicarte.
21. No siempre hubo mujeres presidentas. Son el producto de siglos de lucha y esfuerzo. No olvides a las que te precedieron, les debes mucho de tu libertad.
22. Las chicas que aparecen desnudas en las tapas de las revistas y en la tele lo hacen porque creen que no tienen otra cosa que mostrar. Y no está mal, no hay por qué juzgar la forma de ganar de dinero de las personas. Pero yo te recomendaría mostrar tu cerebro, que al contrario que el trasero, se te va a poner más firme con los años.

lunes, 15 de febrero de 2016

Sílvia Comes con Fuertes en la Jazzcava

"La vida es corta y tiene prisa" decía la voz de Sílvia Comes, ayer en la Jazzcava de Terrassa, acompañada al piano por Maurici Villavecchia y Fanny Fortet a la percusión.
¡Cuánta razón encierra esa magnífica frase!

Presentaba el espectáculo Fuertes, que obtuvo en 2013 el premio Barnasants. Una interpretación espléndida y llena de fuerza y sentimiento, como era la obra de Gloria, aquella poeta rara, que de pequeña me sorprendía con su voz potente y sus rimas extrañas y que recién descubro con enorme gusto. Sílvia da voz a sus poemas para adultos y vale la pena acercarse a esa obra desconocida, de una profundidad deliciosa.

Fanny Fortet, descalza batería, impresionante dueña de matices, es más que compañía, bajo los focos.
Y Maurici Villavecchia, aporta presencia y complicidad, madurez y también belleza, es el piano.

Gràcies Sílvia! Gràcies per posar damunt de l'escenari aquestes lletres plenes de sentit i de rabiosa actualitat, perquè amb la teva veu poderosa i la teva manera de fer, dónes vida a aquella Vida i les que t'hem vist, podem acostar-nos al seu patiment i a la seva manera d'entendre les coses, que és una mica la manera de mirar i patir que tenim totes aquelles persones que mirem al mon amb amor i estupefacció davant de tanta bogeria. Perquè en el fons davant de tanta barbàrie, no estem soles, som moltes que sabem apreciar la bellesa, i  és precisament amb la poesia i amb espectacles com el d'ahir que la bellesa es posa a disposició de la vida per a compensar tot el dolor que navega amb nosaltres.









Maurici Villavecchia i Sílvia Comes

Fanny Fortet

sábado, 23 de enero de 2016

Sufragistas

Después de ver esta necesaria película dirigida por Sara Gavron, no puedo más que sentir gratitud por haber nacido en este lugar y en las fechas en que lo hice, y sentir mucha tristeza por tanto sacrificio a lo largo de la historia para conseguir cosas que ahora nos parecen tan obvias, y que deberían ser lo más normal. Apunto que aún en la actualidad, en otras latitudes las mujeres aún son valoradas y tratadas como si fuesen menos que un perro y que lo de que no voten sería lo de menos.

Hermosas mujeres, valientes, empelidas por la rabia y la insoportable situación en la que tenían que vivir, soportando mil humillaciones y abusos. Grandes interpretaciones las de todas las actrices que salen en la película. No mencionaré todas las caras conocidas porque cualquier enlace de la red os llevará a ellos (abajo os pongo uno). Sí que he de explicar que han conseguido emocionarme. He volado a la Inglaterra de los años de la lucha sufragista y me he enfadado con los opresores y la falta de humanidad que les caracteriza, entonces y ahora. Ahora también. Porque los abusos de todo tipo siguen ocurriendo. Y el fuerte se come al débil.

También me ha gustado que se muestren las diferencias de clase entre las propias sufragistas y a la vez me he vuelto a encontrar de frente con mi rabia. Haciendo paralelismo con otros momentos de lucha en la historia, me he dado cuenta que hay quien pone toda la carne en el asador a sabiendas de que todo lo arriesga y que no todos los que luchan arriesgan por igual. Así que me pongo del lado de las que más pierden, que siempre suele coincidir que pertenecen a las clases más desfavorecidas.

Señalar otro aspecto muy interesante que muestra la película: cómo los poderosos confabulan y reprimen el movimiento sufragista y amenazan a sus protagonistas para que no sea un éxito. Son capaces de todo. 

Y por desgracia, la historia se repite. Vivimos momentos de cambios y de demandas sociales, que están movilizando muchas fuerzas ciudadanas. ¿Creéis que los diez o veinte que manejan el mundo no se están reuniendo, y andan organizando qué migajas están dispuestos a darnos? o ¿tal vez están pensando cómo van a hacer la siguiente limpieza de gente molesta para sus intereses?. Parece cosa de ciencia ficción que esto pueda suceder, pero como os decía , la historia demuestra que así ha sucedido siempre que hay peligro de tumbar el estatu quo. Tal vez esta vez sea diferente y logremos dar un paso a la sociedad de mujeres y hombres con un sentido de la ética y la empatía mayores, en la que una democracia participativa y una economía del Bien Común fueran la base de las relaciones, y fuésemos capaces de olvidar el propio interés y cambiar a un sistema energético, productivo  y social sostenibles.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde.