martes, 4 de marzo de 2014

Educación sexual: más allá del aparato reproductor.

Habla Elisabetta Leslie Leonelli , del diferente tratamiento que se ha ido dando a los genitales femeninos y a los masculinos y cómo eso ha ido creando unas determinadas maneras de sentir el propio cuerpo y la propia sexualidad. La idea de tratar de esto es "revisar teorías, estudiar anatomía, escuchar a las personas, vivir las emociones y volver a dibujar el organismo femenino, hasta convertirlo en verdadero y real" (1), y dejarnos ya de tabúes y silencios que no nos sacan del escaso entendimiento entre los sexos.

El hecho de que como decíamos en otras entradas en este blog se hable poco de la vagina y del clítoris, está relacionado con el tabú acerca del placer femenino, del placer sexual, en general, y por supuesto en el origen está la moral y el pecado, la idea de culpa.
Sin embargo el sistema patriarcal ha permitido y ensalzado las necesidades masculinas como algo tan primario e imposible de evitar, que ellos han tenido "bula papal" para estos menesteres, y por desgracia para todos, no se ha hecho nada por el conocimiento, que se daba por existente y suficiente. La sexualidad femenina no existía más allá de la capacidad  reproductiva.Y así nos han ido las cosas.
Con  esto quiero decir que ya va siendo hora de que empecemos a explicar a nuestros hijos e hijas que hay algo más allá de los órganos reproductores. Más allá del útero y las trompas de falopio, y de óvulos y espermatozoides locuelos y compitiendo entre ellos por ser el vencedor de la carrera. Más allá hay vida. Más allá de la reproducción está el erotismo, la seducción, el arte de amarse y de disfrutar lo sexual. También para las mujeres.

Gran parte de los adultos nos hemos espabilado en cuanto al sexo. Pocos son los padres que dejan algún libro al alcance de los  hijos por si ahí pueden "rascar" algo, y menos los que explican más allá de que "los papás se quieren y en base a ese amor vienen los bebés".  Y no me negaréis que la cosa es bastante patética.

Por cultura, hablar de estas cosas nos resulta incómodo y sin embargo cuántos problemas evitaríamos a nuestros hijxs, futuros adultos, si de adolescentes y preadolescentes les hablaramos del placer y las hermosas posibilidades de dar y recibir. Cuando se conoce el propio cuerpo, se ha jugado con él, cuando nos permitimos sentir y explorar nuestro cuerpo, es cuando  podemos traspasar los estereotipos y cuando podremos comunicarnos con sinceridad, además de asentar las propias capacidades y autoestima.

 Hemos de ser conscientes que nos da reparo hablarles de placer y masturbación y permitimos que "malaprendan" sobre sexo a través de internet y las redes sociales. Y se quedan con conceptos y fórmulas que para nada les van a ahorrar disgustos en su vida adulta, por haber aprendido tan mal, en general. Por supuesto no a todos tienen porqué irles mal.

¿Porqué nos da tanto miedo hablarles del placer y no nos espanta mostrarles tanta violencia a través del cine y la vida diaria? Esto es así. Además,  podemos cambiarlo.

 Creo firmemente que vale la pena darles nuevas pistas más acordes con lo que significa la sexualidad y la importancia que tiene en nuestro propio desarrollo. Les educamos para que sean felices, si no me equivoco. Se hace necesario un esfuerzo por nuestra parte y explicarles algunas cosas. Como una entrada es poco para explicarlo todo, creo que un buen inicio es hablarles de la masturbación. No hace falta un gran discurso. Una pincelada es un buen guiño para que se tomen su tiempo de investigación.

Como la mayor carencia informativa la hemos padecido las mujeres, es hora de que las mamás les expliquemos a nuestras hijas que las mujeres tenemos un "botoncito mágico y delicioso" que hay que aprender a conocer y atender" y que es el único órgano cuya función exclusiva es producir placer. Por algo estará ahí, digo yo...

Si una mujer se conoce podrá explicarle a su pareja qué y cómo le gusta. Si un hombre tiene más información de la que le llega por el cine, será capaz de un mayor disfrute con su pareja, porque podrá ir más allá de sus propias creencias y límites.

Y para empezar esto es suficiente.  Me ha costado mucho encontrar una imagen y como las que he encontrado no valen un duro pongo este esquema de la página 189 del libro de Elisabeta.


 Cita (1)
Elisabetta Leslie Leonelli, Más allá de los labios , Guía al misterio femenino,  Editorial Noguer,1995,
pág.10.

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