miércoles, 30 de diciembre de 2015

Els Veïns de Dalt

Siempre es interesante hablar de sexo y eso es lo que hacen los protagonistas de esta comedia de Cesc Gay, que estos días está en cartel en el Teatro Romea, en la calle Hospital 51 de Barcelona. Una hora y veinte minutos de risas a costa de esas dos parejas que forman el reparto, los anfitriones y sus vecinos desinhibidos del piso de arriba.

Interesante poder reirse de ellos, precisamente porque en esas carcajadas nos estamos riendo de nosotros mismos, de nuestras miserias, inercias, ignorancia, tabúes y aburrimiento y también de nuestros atrevimientos y diversiones.

Interesante porque desde el escenario escuchamos hablar de los orgasmos atómicos, explosivos, ruidosos y estupendos que algunas señoras tienen. Y oye eso a mi me parece genial. Hablar de sexo, de placer, de pasarlo bien, sin titubeos...y de mujeres, que ya va siendo hora de ver normal que nosotras seamos capaces de disfrutar sin ambajes ni fingimientos, cuando y como nos apetezca.

Imposible que no salgan algunos tópicos, que nos mueven a la risa, y que es necesario señalar, que denotan que en nuestro entorno, aún el macho tiene miedo de que se dude de su hombría, como si el sexo entre hombres rebajara la categoría de quien lo practica. "¡Eh! que que se sea muy liberal y abierto para el sexo no quiere decir que nos vaya la carne y el pescado, ¡faltaría más!", nos viene a decir el guasón y ultramoderno vecino que gusta de las orgías y los "ménage a trois" o a cuatro...

Sea como sea, yo me divertí un montón. ¿Quién no ha escuchado a otros alguna vez en plena faena? o ¿quién no ha tenido un día sin niños alrededor, en que poder dejar que la voz exprese lo que el cuerpo disfruta? 

La idea es, como decía antes, que se hable de sexo con acierto y sin tabúes. Es un tema que interesa, por eso nos da tanta risa. Por eso nos da tanto miedo hablar de ello. Y frente al miedo, risas...Y lo que nos muestran en el escenario no es tan ajeno. Cada cual tiene sus experiencias, pero está claro que ahí hay tema y que quien más, quién menos está deseoso de más ocasiones en las que experimentar placer, deseo, ternura, amor, junto o por separado, y vivir y mover la energía.

El sexo es vida, suena a anuncio de radio, ja ja, y es una verdad como un templo. Desde las primeras incursiones en el conocimiento del propio cuerpo, en la adolescencia, con la masturbación, se entra en contacto con la propia fuerza y un poder de enraizamiento importante, aprendiendo a gozar de la vida a través del propio cuerpo. Ahí se aprende qué nos gusta para más adelante poder compartir el goce y la vida con otras personas. Y eso es maravilloso. Y de todo esto hay que hablar. Siempre desde el respeto por una misma y por las otras personas.

Id estos días al Romea, pasaréis un ratito divertido y tal vez os entren ganas de intimar con vuestros vecinos de arriba...




Imágenes extraídas de la web www.teatreromea.cat





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