lunes, 28 de diciembre de 2015

Repensar la sexualidad desde el feminismo.Hablemos claro.

Un lujo escuchar hablar con rigor y seriedad sobre estos temas, nada más ni nada menos que a Amelia Varcárcel.  Por eso cuelgo aquí un vídeo en que da una conferencia hablando de la necesidad de repensar la sexualidad desde el feminismo.

No voy a explicar lo que ella dice porque lo más aconsejable es escucharla directamente. Lo que sí voy a decir es que a lo largo de la historia quienes han hablado de sexo han sido ellos y lo han hecho de forma completamente sesgada y ligada a los conocimientos de cada momento, valga decir que muy deficientes. Hace falta insistir en que la mujer ha sido tomada como un ser de categoría secundaria y por tanto se ha ignorado su capacidad de reflexión y de ser de pleno derecho y entidad. La razón: el dominio y el poder del hombre dentro de las relaciones sociales.

Después de escuchar a Amelia Valcárcel y a Esperanza Bosch, y reflexionar sobre los acontecimientos y sobre cómo han sido las cosas para las mujeres, y cómo siguen siendo a lo largo y ancho del mundo, no puedo sino agradecer haber nacido mujer y haberlo hecho en este lugar de Cataluña y en plena mitad del siglo s.XX. Es por estas tres cosas que puedo hablar de cómo es la sexualidad femenina, cómo se vive, y por supuesto dejar constancia de la explosión de matices y capacidades que tenemos. Y es también por eso que en estas latitudes las mujeres podemos sentirnos personas de pleno derecho y llegar a compartir nuestra vida con otras personas y desde esa igualdad gozarnos y jugar al juego que es esta vida. Porque si en el sexo los participantes se desconocen o se infravaloran, la cosa pierde calidez y calidad. y es que en el resto de esferas de la vida es exactamente lo mismo.

Y es que en cosas de  sexo, ¡cuánto miedo genera mostrar o hablar con naturalidad ! Sí, es fácil acceder a imágenes y filmes pornográficos y sin embargo cuán poco se habla de cómo vivimos y cómo nos gusta la sexualidad a las mujeres. y cómo de importante es que nos conozcamos y nos exploremos...Y es importante también expresar que los hombres también cargan con una serie de "verdades" que a ellos también les condiciona negativamente y por ello nos afecta también a nosotras.

 Y es que a tanta ignorancia hay que añadir las relaciones de dominio . Entre lo uno y lo otro el goce desde la plenitud y la igualdad muchas veces es difícil, por no decir imposible.

Señalar también que en la actualidad, ahora que ya podemos hablar algo más, hay un gran asombro frente a la capacidad de goce femenino, esa capacidad poderosa de ser y explosionar durante un largo recorrido, que en muchos casos el hombre no puede sostener. Y no pasaría nada si se aceptara que los ritmos, las intensidades son distintas y que en esa diversidad de matices está la riqueza, y que todo forma parte de un juego maravilloso que es el regalarnos goce mútuo y pleno, para sostenernos en este mundo con más alegría.
En lugar de esto, el patriarcado, a través de sus múltiples brazos, se ha encargado de reprimir, silenciar, ignorar, culpabilizar toda manifestación referente a la sexualidad femenina.
La mujer no desea, no siente, no goza y sólo ha estado ahí para satisfacción de las necesidades imperiosas e irreprimibles del hombre, que ha sido el Poder inmutable. Y por supuesto para parir mano de obra y permitir su desarrollo hasta que pueda usarse.

Y aunque a muchos aún les parece que no, es muy necesario el feminismo, el estudio de los procesos sociales que han permitido y permiten tanta desigualdad. para crear conciencia y permitir coger fuerza y poder a las mujeres para ser lo que somos sin complejos y culpabilidades.
Nos hace falta escucharnos, salir de las creencias que siguen flotando en el imaginario colectivo y atrevernos a vivir como mujeres, personas de pleno derecho, y a gozar nuestra sexualidad como mejor nos parezca.

Estoy convencida de que una sexualidad vivida con plenitud y conciencia es un elemento muy poderoso para tomar la fuerza que somos y que nos permite tomar nuestro espacio y lugar en el mundo.


Amelia Valcárcel: El feminismo debe repensar la sexualidad



Esperanza Bosch: Amor, sexo y patriarcado


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